26.5.14


El manto terrestre es la capa de la Tierra que se encuentra entre la corteza y el núcleo (supone aproximadamente el 87 % del volumen del planeta). El manto terrestre se extiende desde cerca de 33 km de profundidad (o alrededor de 8 km en las zonas oceánicas) hasta los 2.900 km (transición al núcleo). La diferenciación del manto se inició hace cerca de 3.800 millones de años, cuando la segregación gravimétrica de los componentes del protoplaneta Tierra produjo la actual estratificación. La presión en la parte inferior del manto ronda los 140 GPa (unas 1.400.000 atmósferas). Se divide en dos partes: manto interno, sólido, elástico; y manto externo, fluido, viscoso.

En relación al manto interno, recientemente hemos tenido noticias interesantes y sorprendentes como las siguientes:

Composición de la capa inferior de la Tierra puede ser considerablemente diferente

Investigaciones llevadas a cabo por los científicos dirigidos por Ho-kwang Mao, del Instituto Carnegie, revelan que la composición química del manto inferior de la Tierra podría ser significativamente diferente de lo que se pensaba hasta el momento. El manto inferior comprende el 55 por ciento del volumen del planeta, y se extiende desde 670 a 2900 km de profundidad, entre la llamada zona de transición y la frontera entre el manto y el núcleo. Las presiones en el manto inferior empiezan a 237.000 atmósferas (24 gigapascales) y alcanzan 1.3 millones de atmósferas (136 gigapascales) en la frontera entre el núcleo y el manto.

La teoría predominante indicaba que la mayor parte del manto estaba compuesta por un solo mineral de silicio con hierro y magnesio, comúnmente denominado perovskita, el cual se creia no cambiaba de estructura en el enorme rango de presiones y temperaturas presentes en el manto inferior. Pero experimentos recientes que simulan las condiciones del manto inferior empleando celdas de yunque de diamante calentadas con láser, a presiones de entre 938.000 y 997.000 atmósferas (95 y 101 gigapsacales) y temperaturas entre 2200 y 2400 Kelvin (2473 ºC y 2673ºC), revelan que la perovskita que contiene hierro es, de hecho, inestable en el manto inferior.

Los investigadores han descubierto que el mineral se disocia en dos fases: una es una perovskita de magnesio sin hierro, y un nuevo mineral que es rico en hierro y tiene estructura hexagonal, llamado “fase H”. Los experimentos confirman que esta fase H, rica en hierro, es más estable que la perovskita con hierro, para gran sorpresa de todos. Esto significa que es probablemente una de las especies más abundante, y previamente desconocida, del manto inferior. Esto puede cambiar nuestra comprensión de las profundidades de la Tierra.

Extraño diamante confirma existencia de agua bajo corteza terrestre

Al parecer el escritor Julio Verne no iba muy descaminado cuando en 1864 visionó un “Viaje al centro de la Tierra” en el que los protagonistas se encontraban un auténtico océano en las profundidades de nuestro globo. El descubrimiento de un diamante rico en agua ofrece nuevas pruebas sobre la existencia de grandes volúmenes de agua en las profundidades de la Tierra.

La existencia de agua en el manto terrestre, comprendida entre la corteza y el núcleo de la Tierra, era algo que la teoría señalaba que existía, pero tras el hallazgo de un diamente se ha podido confirmar. El análisis de esta extraña piedra preciosa fue encontrada en Brasil, conteniendo el mineral ringwoodita, además de grandes cantidades de agua.

El manto terrestre se convulsiona por la pérdida de hielo

Un equipo de investigación internacional informó que el manto de la Tierra bajo la Península Antártida presenta una menor viscosidad, debido a cambios químicos o de temperatura, y se mueve a un ritmo tan rápido que está cambiando la forma de la superficie a una velocidad que puede ser registrada por el GPS. En la superficie, la Antártida es un inmóvil y helado paisaje. Sin embargo, cientos de kilómetros por debajo se está moviendo a un ritmo rápido, según ha demostrado la nueva investigación.

El manto terrestre primigenio pudo contener grandes bloques de roca

Científicos de la Universidad de Maryland (EEUU) contradicen la teoría según la cual los materiales estaban mezclados en el manto durante los primeros años de formación de la Tierra. Según ellos, 20 millones de años después de la formación del sistema solar había bloques de roca en el manto terrestre que perduraron, por lo menos, 1.700 millones de años...  Los investigadores han analizado los datos isotópicos de dos depósitos de komatitas, rocas volcánicas formadas por lava proveniente del manto profundo, y aseguran que estas incluyen material de una reserva de tungsteno situada en el manto terrestre. Según sus conclusiones, este bloque se formó 20 millones de años después de la creación del sistema solar y duró, al menos, 1.700 millones de años.

La corteza terrestre en la península Antártica se eleva 15 milímetros al año

Un equipo científico se ha puesto a medir con precisión, mediante GPS,  el efecto de rebote del terreno al perder sobrepeso por la disminución de los glaciares (cuánto se eleva el suelo por el efecto de rebote, o recuperación, al reducirse el hielo que tiene encima) y se ha encontrado con que es demasiado para tratarse exclusivamente de este proceso. Actualmente son 15 milímetros al año. “Este tipo de deformación de la Tierra tan acelerado no tiene precedentes en la Antártida y lo que es particularmente interesante aquí es que podemos ver el impacto que el adelgazamiento de los glaciares está teniendo en las rocas a 400 kilómetros en el subsuelo”, señala uno de los investigadores, Peter Clarke

El primer mapa mundial de alta resolución

El primer mapa mundial de alta resolución (imagen abajo) que muestra la frontera entre la corteza y el manto de la Tierra – el denominado Moho – ha sido elaborado sobre la base de datos del satélite GOCE de la ESA, dedicado al estudio de la gravedad. Entendiendo el Moho se ofrecen nuevas pistas sobre la dinámica del interior de la Tierra.... Por primera vez, es posible estimar la profundidad de Moho en todo el mundo con una resolución sin precedentes, así como en las zonas donde los datos de tierra no están disponibles. Esto ofrecerá nuevas pistas para entender la dinámica del interior de la Tierra, desenmascarando la señal gravitatoria producida por la distribución de la densidad desconocida e irregular del subsuelo



Manto terrestre